Mucha gente ama y aprecia sus árboles, pero no reconoce los peligros potenciales que algunos representan. Es una pena, ya que muchos accidentes y tragedias podrían evitarse si la gente conociera simplemente los signos y síntomas que indican que un árbol corre el riesgo de fallar.
Aunque no se trata de una lista exhaustiva, a continuación hemos recopilado seis de los signos más ominosos de la inminente caída de un árbol. Asegúrate de estar atento a cualquiera de los siguientes:
1. Tu árbol empieza a inclinarse o se mueve de repente
Los árboles inclinados no siempre corren peligro de caerse. Los árboles sanos con raíces sanas tienen muchas formas diferentes de hacer frente a este tipo de hábito de crecimiento diagonal.
Pero los árboles que se inclinan bruscamente hacia un lado se cuentan entre los más peligrosos del mundo. La mayoría de los árboles que se inclinan bruscamente en un sentido u otro acaban cayendo, sólo es cuestión de cuándo. Haz que inspeccionen estos árboles inmediatamente y mantén a los animales domésticos y a las personas alejados de la zona hasta que un arboricultor lo considere en buen estado o hasta que lo retiren por completo.
2. Tu árbol tiene varios troncos
Los árboles con troncos múltiples suelen correr el riesgo de partirse en su punto de unión. A diferencia de las ramas propiamente dichas, que se unen firmemente al tronco del árbol, los troncos múltiples (o líderes codominantes, como los llaman los arboricultores) suelen estar sólo débilmente unidos entre sí. Dado el inmenso peso de un tronco lleno y este débil punto de unión, este tipo de árboles puede ser muy peligroso.
Es importante que un arboricultor inspeccione esos árboles por dos razones importantes:
- El arboricultor puede evaluar la estabilidad del árbol y determinar si son necesarias medidas paliativas.
- A menudo es posible sostener esos árboles con cables o tirantes, pero querrás tomar esas medidas cuanto antes.
3. Tu árbol tiene un hueco grande
Los huecos en los árboles se forman por varias razones, pero la mayoría empiezan como una pequeña herida que se ve invadida por hongos. A medida que el hongo se "come" la madera, acaba desarrollándose una cavidad. En algunos casos, el árbol es capaz de sellar la zona enferma (fenómeno conocido como compartimentación) con relativa rapidez, limitando así el tamaño del agujero. En otros casos, el hongo gana, y se extiende por el árbol.
Pero sólo un arboricultor experto puede saber si el árbol ha compartimentado la herida, evaluar el alcance de los daños y valorar su integridad estructural.
4. Tu árbol deja caer ramas sin motivo aparente
No suele haber motivo de preocupación si una fuerte tormenta u otra fuerza hace que un árbol se desprenda de algunas ramas, sobre todo si ya estaban muertas. Sin embargo, a veces los árboles dejan caer ramas de repente, cuando no hay ninguna razón evidente para ello.
Una vez examinados esos árboles, a menudo se encuentra podredumbre cerca del lugar de la rotura. Este mismo tipo de podredumbre puede estar al acecho en otras partes del árbol, predisponiéndolo a un fallo prematuro. En consecuencia, conviene que un arbolista evalúe inmediatamente cualquier árbol que sufra una caída repentina de ramas.
5. Empiezan a crecer setas en tu árbol o debajo de él
Las setas no parecen especialmente amenazadoras, pero para el ojo experto de un arboricultor, pueden representar un grave peligro. Una seta es el cuerpo fructífero de un hongo, y dondequiera que crezcan, puedes apostar a que hay una red de filamentos fúngicos (llamados hifas) que penetran a través del suelo o la madera circundantes.
Algunos hongos son esencialmente inofensivos y no causan ningún daño grave al árbol. Sin embargo, otros son extremadamente patógenos. Envían sus filamentos a través de porciones cada vez mayores de la madera, digiriéndola con avidez y debilitando el árbol en el proceso.
Para estar seguros, asegúrate de que un arboricultor inspeccione cualquier árbol del que crezca un hongo. Además, como algunos hongos se alimentan de las raíces de los árboles, y no del tronco, también es importante tener cuidado con las setas que crecen en la zona radicular del árbol.
6. Otros árboles cercanos se han caído recientemente
A menudo, verás morir un árbol en la linde de un bosque, seguido de otro unos días o meses después. Los árboles que permanecen en pie tras la caída de un árbol vecino son preocupantes por dos motivos distintos:
- Puede haber extensas redes de hongos, patógenos o plagas acechando en el suelo de la zona. Esto pone en grave peligro a todos los demás árboles de la zona (sobre todo a los de la misma especie).
- Los árboles suelen protegerse mutuamente del viento, y los que crecen en el interior de un grupo de árboles han crecido sin necesidad de enfrentarse a vientos fuertes. Sin embargo, en cuanto falla uno de los árboles exteriores, los interiores quedan expuestos y corren un alto riesgo de fracasar.
Debido a la forma en que los árboles caídos pueden afectar a otros árboles de la zona, conviene solicitar los servicios de un arboricultor siempre que falle un árbol de tu propiedad.
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Si observas que alguno de tus árboles presenta estos signos, o simplemente quieres la tranquilidad que da una inspección minuciosa realizada por un arbolista certificado, ponte en contacto con tus amigos de Trav's Tree Service. Uno de nuestros experimentados y formados arboristas vendrá a echar un vistazo a tus árboles y te indicará cualquier problema potencial.
Así protegerás a tu familia y evitarás las molestias que conlleva retirar un árbol que se ha estrellado contra tu cocina o encima de tu coche.
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